miércoles, 4 de mayo de 2011

Adnan Hodzic, el bisonte bosnio


Cuando uno recuerda el conflicto bélico en los Balcanes, la sensación de amargura termina por envolver cualquier pensamiento o reflexión que se pueda realizar; incluso si nos centramos en una de las vertientes más simples y de menor importancia: la deportiva. Pues el éxodo, la división y reconstrucción del talento, no fue más que una de las múltiples grietas y heridas que todo aquello generó.

Adnan Hozdic, se convirtió en una víctima más de la guerra, ya que la primera parte de su infancia transcurrió en Sarajevo, contemplando y haciendo suyos los sonidos de las armas y las bombas, mientras jugaba a ser soldado; la profesión de su padre. No era el escenario en el que un crío tenía que desarrollarse, y sin embargo, el único posible entonces.

Y así, los azaroso y caprichoso del destino determinó que la necesidad de cirugía tras llevar un golpe en un ojo, sirviese como puerta de escape para él y los suyos. Destino… Ohio, donde amigos de la familia les esperaban. Imprescindibles, dado el inexistente dominio del inglés con el que aterrizarían. Un nuevo comienzo, excepto para su progenitor, quién se uniría a ellos un año después, terminada la confrontación, y ya en Indiana.

Por eso, y aunque nos parezca increíble, el baloncesto apareció tarde en su vida. Algo que quizá haya ayudado a tenerlo “escondido”, incluso mucho tiempo después del primer contacto que sus pequeñas manos tuvieron con el balón anaranjado.

Bosnio de nacionalidad, y estadounidense de formación; su periplo en HS transcurrió al lado de Eric Gordon en uno de los centros más importantes del área de Indianapolis: el North Central High School. Eclipsado por el descomunal talento que atesoraba ya entonces el escolta de los Clippers, no tuvo la repercusión necesaria para que importantes programas universitarios confiaran en él una de sus becas, terminando por aceptar la propuesta de Lipscomb; un pequeño centro privado situado en Nashville y que jugaba para la Atlantic Sun Conference. El propio Hozdic, explica para solobasket.com como fueron aquellos años y la incidencia que tuvieron en su reclutamiento:

“Empecé a jugar tarde al baloncesto, por lo que realmente mi mejora no se apreció en mis años de HS. Además, el equipo estaba liderado por Eric Gordon, que era tan bueno, que no hacía fácil el destacar a su lado. Todo esto hizo que apenas disputase encuentros de la AAU, y mi exposición a los entrenadores NCAA fuese menor. Aunque hubo seguimiento por parte de alguna mid-major, Lipscomb, fue el centro que más ganas e interés mostró y eso me hizo sentir que era el mejor lugar para mí

Durante los cuatro años que permaneció en la NCAA, su impactó en los Bisons no dejó de aumentar; llegando al tope en su temporada junior (2009/2010). Donde se convirtió en uno de los máximos anotadores de la competición universitaria, además de acumular dobles-dobles y ser galardonado con varios premios individuales. Sin embargo, el hecho de no logar aparecer en los focos del Tournament o del NIT, posibilitó que su figura haya pasado desapercibida para el gran público. Siendo considerado por muchos, uno de los jugadores más infravalorados. Quizá por eso, y tal como nos reconoce, sus mejores recuerdos en una cancha quedan ligados a alguna de sus impactantes actuaciones; como los 34 puntos y 13 rebotes frente a Arizona, o los 37 puntos y 17 rebotes ante la Universidad de Mercer.

Una vez finalizada la temporada y su periplo universitario, estos próximos meses van a dictar el comienzo de su carrera como profesional. Tras tantear y dejarse ver en el escaparate NBA el año pasado, es consciente que el futuro incierto que amenaza a la mejor liga del mundo, le puede privar de oportunidades. Sin ir más lejos, la cancelación de las Summer League en Las Vegas, es una de ellas. Adnan, reconoce las complicaciones, pero tiene claro que hay múltiples opciones donde desarrollar su carrera:

“Soy consciente de la situación que puede llegar a darse en la NBA, aunque mantengo la esperanza de realizar workouts para alguna franquicia en Mayo y Junio. De todos modos mi agente está valorando el interés y las ofertas que están llegando de equipos europeos. Además, también estoy centrado en ayudar a mi país en el próximo Eurobasket.”

“Sigo trabajando para intentar convertirme en mejor jugador, haciendo hincapié en la mejora de mi lanzamiento de media distancia y en ampliar mis habilidades desde el perímetro”

Porque jugar para la selección y regresar cada vez que puede a Bosnia (mantiene a casi toda su familia allí), le hace sentirse especial. No esconde lo orgulloso que estaría de poder representar a su país este próximo verano en Lituania; sobre todo desde que el presidente de la federación, Harun Mahmutović, le confirmara que pensaban contar con él en el futuro más inmediato. Y así nos lo refleja:

“Estoy muy ilusionado de poder jugar con el equipo nacional. Tenemos jugadores con talento. Además, uno se siente muy bien sabiendo que puede representar a su país por primera vez”

De confirmarse su presencia en el Eurobasket, podría significar por fin, ese gran escaparate hasta ahora esquivo, siempre y cuando se haga merecedor de los minutos suficientes. Y así conseguir algo de lo que ha carecido a lo largo de su carrera: emerger y aparecer ante el gran planeta baloncesto.



Su juego

Adnan Hodzic, es un ala-pivot de 2,02 metros de altura. No estamos ante el chico más rápido y atlético, pero sí es rocoso, fuerte y duro como pocos. Por lo que en los niveles a los que se ha movido hasta este momento, ha sido capaz de generar muchas ventajas desde el plano físico.

Su principal rango de acción radica en las inmediaciones del aro, esa fuerza y dureza a la que hacíamos mención, viene acompañada de un gran trabajo previo a la recepción del balón. Utilizando muy bien su cuerpo, fijando a su defensor, e intentando recibir lo más cerca del aro posible; lo que le permite finalizar con relativa comodidad, ya que no duda y ataca el aro. Diestro, está capacitado para jugar situaciones en poste bajo desde ambos lados del ataque. Posee un buen “footwork”, y no es raro verle remontar línea de fondo para finalizar a aro pasado, aprovechando la rapidez con la que ejecuta dicho movimiento.

También es capaz de ganar el centro y finalizar con un correcto semigancho en suspensión. No está carente del “soft touch” necesario cerca de canasta y también tiene trabajada esa habilidad necesaria para terminar sus acciones ante hombres más grandes que él. Muestra uso de su mano izquierda. Así mismo, es capaz de soportar contactos, por lo que no es raro verle provocar acciones de “dos más uno”, o visitar la línea de tiros libres.

El hecho de ser la referencia interior y jugador más importante todos estos años, le ha permitido trabajar sobre los “dos contra uno” que recibe. Lo que le ha posibilitado reconocer dichas situaciones y ejecutar un buen pase de vuelta, tener paciencia o insistir en el juego “fuera-dentro” hasta tener el espacio y tiempo suficiente.

Trabaja bien sin balón, escondiéndose por línea de fondo o acompañando acciones perimetrales, emergiendo como un posible receptor y /o finalizador de la ventaja creada.

Bueno en el rebote, especialmente el defensivo. No rebotea gracias a su capacidad de salto, sino que gestiona lo anterior a ese paso final, para situarse en la mejor posición posible y cerrar el aro.

Cara a su desembarco en el profesionalismo, debe mejorar con urgencia (tal y como el nos reconoce) su lanzamiento de media distancia. Pues su tamaño y fuerza, no serán tan diferenciales en el siguiente nivel. Así, lograría ampliar su juego de ataque y resultar una amenaza en situaciones en las que ahora mismo no destaca (jugar abierto, pick and pop, poner el balón en el suelo etc).

Defensivamente, correcto en situaciones de poste bajo. Su fortaleza y coraje le ayudan a paliar en parte la falta de centímetros; pero puede sufrir ante hombres más grandes que él. Al igual que comentábamos antes, tiene que trabajar su lateralidad, velocidad de desplazamientos y recuperación. Así, podrá ser más agresivo en situaciones de bloqueo directo lejos del aro, mejora en las ayudas, etc.

Intenso en su juego y muy expresivo en la cancha, celebrando sus acciones y las de sus compañeros, animando en banquillo, chocando manos.

Es un jugador de explosión tardía en “categorías inferiores”, por lo que parece que el trabajo y el entreno no suponen un problema para él. Lo que sin duda, es una gran noticia.