viernes, 20 de febrero de 2009

Denver Nuggets, una carrera contra la 'luxury tax'

Días antes de la descafeinada trade deadline que hemos vivido este año, los Clippers y los Pistons cerraban un acuerdo por el que los primeros recibían a Alex Acker además de intercambiar una segunda ronda (a ejecutar en 2013 y 2011 respectivamente). Normalmente este tipo de movimientos apenas tienen relevancia alguna en nuestros medios, son contados como mera anécdota y la mayoría de las veces incluso desde un transfondo en el que se deja intuir un "para que hacen estas cosas". Lo cierto, es que no van a trastocar los cimientos de la liga y merecen un espacio reducido dentro de la actualidad; pero no es menos importante que encierran aspectos los cuales siempre son pasados por alto en movimientos de mayor entidad. Aspectos que muchas de las veces son los que fundamentan las deciciones a tomar, y no el hacerse con un jugador determinado o con la pieza más apetecible.

Cuando los Pistons se deshacen de Alex Acker, consiguen ahorrar además de el pago de lo correspondiente a su contrato, unos 300.000$ más (aprox.) en concepto de tasa de lujo. Ahora de hecho se encuentran por debajo de esa barrera gracias a este traspaso. El anciano Davidson será el supporter que lleve la mayor alegría. Es una diferencia sustancial, y más en tiempos de ahorro constante como consecuencia directa a la crisis económica que azota a todo el planeta.

Dentro de este hilo argumental, se encuentra todo el sistema operacional llevado a cabo por Denver Nuggets desde el pasado verano, un conjunto de operaciones, que interasociadas suponen una historia digna de ser desglosada. Y es lo que vamos a intentar hacer en los sucesivos párrafos. Pero vamos a empezar por resumir muy brevemente el punto de partida y lo que hace necesario el cambio de estrategia.



Una vez que Kiki Vandeweghe aterriza en la franquicia en el año 2001 gracias a la firma de un contrato por cinco temporadas, su trabajo y operaciones pasan por dos fases claramente diferenciadas. Una primera fase de incoporación de jóvenes y trabajo cara al futuro (Nené Hilario, "Skita", traspaso de James Posey, traspaso de Van Exel/LaFrentz) que busca rematar con la creación de un proyecto gracias al draft del 2003 (Carmelo Anthony) y al espacio salarial generado (Earl Boykins, Kenyon Martin o Andre Miller) -segunda fase-.

A toda esta idea, el paso del tiempo (con o sin la figura de Kiki como GM), fue añadiendo renovaciones y adquisiciones. Ejemplos: renovación Marcus Camby (65$ millones por 6 años), adquisición de Earl Watson (29,3$ millones por 5 años), extensión de Nené Hilario (60$ millones por 6 años), renovación Reggie Evans (23$millones por 5 años), traspaso de Allen Iverson y extensión por el máximo de Carmelo Anthony.

En resumidas cuentas, los Nuggets se encaramaron durante el curso pasado al top3 de equipos con más gasto salarial de toda la NBA, por encima de los 80$ millones. A lo que hay que sumar, aunque no compute para el salary cap, la nada despreciable cifra que se lleva George Karl por su trabajo. Inmersos en el territorio del impuesto de lujo, desde la gerencia se hastiaron de comprobar una y otra vez, que el muro alzado en forma primera ronda de los playoffs unido a la imagen cada vez más lejana de equipo aspirante a algo más que evidenciaban esas eliminaciones, no merecía tal desembolso.

Y en estas llegó el verano del 2008. Objetivo: situarse fuera del territorio de la luxury tax. Cronológicamente, y esperando no obviar nada importante, podríamos estratificar los hechos de la siguiente manera:


1) Primer paso: la noche del draft. Cuando en nómina cuentas con cinco contratos muy elevados, todo lo que sea no garantizar más dinero a más gente puede ser un buena iniciativa desde la que empezar. Son los primeros centímetros de una larga caminata. De ahí que decidieran deshacerse de su elección en primera ronda, y enviarla a Charlotte a cambio de otra futura primera ronda con diversas protecciones hasta el año 2013.

Así, Sonny Weems se materializaba en la única incorporación que el sorteo les depararía. Un contrato mínimo y la posibilidad de no garantizarlo eran mejor recibidos en ese instante.


2) Adiós a Marcus Camby. Para muchos sonó raro, pues un equipo de evidentes flaquezas defensivas se desprendía del que fue premiado como mejor defensor de la liga en una temporada (06/07). Quizá más por números reboteadores e intimidadores, que por una real incidencia y presencia defensiva, pero esto ya es otro tema... .

Aprovechando el espacio salarial que los Clippers tenían disponible, lo enviaron a cambio de poder intercambiar sus segundas rondas en el sorteo del 2010. Sí, el deshacerse de casi 20$ millones -lo que le resta por cobrar en dos años- es un premio más que suficiente, no es necesario recibir mayor contraprestación que un débil derecho.

Las palabras que empleaba Rex Chapman entonces eran claras al respecto: "We felt like we needed to shake things up and do something a little bit radical to be able to create flexibility going forward"

Lo que para el jugador supuso un "insulto" y un "desprecio", para la franquicia se trataba de un gran alivio. La futura renovación de JR Smith se miraría desde otra perspectiva a partir de ahora. Y animó a operaciones como la de Renaldo Balkman.


3) Deshaciendo el traspaso de Allen Iverson. Su llegada venía a suponer la guinda la pastel, la apuesta definitiva que lograra hacer de los Nuggets una fuerza en la Conferencia Oeste digna de ser considerada para los máximos objetivos. Sin embargo, la realidad golpeó mucho más contundente, pues el tope siguió estando en el mismo lugar que antes del desembarco. Eso sí, todo mucho más arriesgado en lo financiero y en términos propiamente de futuro.

Es el aterrizaje de Chauncey Billups el que nos permite terminar de ver la otra parte de lo pensado por la gerencia de los de Colorado; e incluso la que invita a la discusión y/o al hacerse preguntas.

Si los Nuggets buscan mayor flexibilidad económica, ¿por qué se deshacen de un expiring contract --verdadero motivo de adquisición para los Pistons- y reciben a cambio un contrato más liviano pero bastante más largo?

Muchos defenderán la postura de que es un movimiento contradictorio a lo argumentado para la partida de Camby, y sí, podría encuadrarse ahí. De moverse en esa dirección hacerlo con todas las consecuencias. Pero tiene cierto sentido el mantenerse en un terreno neutral, es decir, decapitemos los excesos pero mantengamos al más alto nivel posible nuestro listón competitivo.

Quizá la ciudad de Denver no es el mejor lugar para reiniciar un proceso de elaboración, hace apenas seis temporadas tenían frente a sus ojos al peor equipo de la competición, viendo las evoluciones de gente como Junior Harrington, Vincent Yarborough, Donnell Harvey, Jeff Trepagnier o Pedrag Savovic. Siendo su último destello de mérito en la NBA aquella famosa eliminatoria ante Seattle Supersonics en 1994. Demasiado tiempo sin aspirar a algo tangible, y demasiado riesgo el dar motivos a tus piezas más válidas para solicitar una marcha anticipada.

El record que ahora les aupa al liderato de su Division, y la presencia de un verdadero líder, alimentan lo adecuado, hasta el momento, de esta segunda vía de actuación. Los playoffs marcarán el resto de lo opinable y analizable.

Pero la pérdida de "The Answer", también supuso el aterrizaje de Antonio McDyess. Una presencia/ausencia de tanta importancia que merece un apartado aparte, que espero explicar bien y logre resultar lo menos trabado posible.


4) El buyout de Antonio McDyess. Curiosamente, este jugador fue una de las primeras piezas que se movieron en aquellos inicios de reconstrucción bajo el mando de Vandeweghe. Y desde el primer momento se mostró tajante frente a la posibilidad de volver a vestir la misma elástica por tercera vez en su carrera. Seguía arrepentido de haber firmado aquel contrato como agente libre en 1999 sólo por no incumplir la palabra que le había dado a Dan Issel; además de dolido por su posterior salida.

Esa forma de entender las cosas es la que posibilita comprender el porqué no quiere jugar para otro equipo que no sean los Pistons.

"What kept my loyalty to the Pistons was Joe. Joe took that chance on me and gave me another chance at basketball and allowed me to start my career all the way back over, from the bottom to the top again. I just wanted to repay him for that."

Esta decisión sólo dejaba una puerta abierta a los Nuggets: acordar una rescisión. Un buyout. Y así se materializa una semana después de firmar el traspaso.

Es necesario indicar, que esta práctica no es una rescisión de contrato tal y como aquí lo entendemos. El CBA firmado en 2005, especifica cómo afectan estos acuerdos a los libros de las franquicias: cuando un equipo y jugador con más de una temporada firmada acuerdan finalizar anticipadamente su relación contractual de este modo, las cantidades acordadas se reparten proporcionalmente al contrato original entre los años de contrato restantes. Situémonos en este caso en concreto.

Antonio McDyess, acuerda un buyout por unos 6$ millones aproximadamente, cuando originalmente debía percibir unos 15$ millones por dos cursos completos. Esto logró situar a los Denver Nuggets únicamente un millón de dólares por encima de la barrera del impuesto de lujo. Antes de firmar este acuerdo personal, era una cantidad cuatro veces superior.

El objetivo estaba más cerca.


5) Cheikh Samb, ¿era nuestro jugador? Otra víctima de lo comentado en el punto 3. Y con fácil explicación a su marcha. Un contrato menos a sumar a las cuentas. El peaje a pagar una segunda ronda condicionada en 2015, hiperprotegida (top55) y que quizá nunca llege a materializarse, más el dinero en efectivo que le quedaría al senegalés por cobrar y que ya se lo darían los Clippers.

El jugador cobra todo lo firmado, se lo pagan los Nuggets a través de los Clippers, pero deja de contar su contrato, con lo que ahorramos otro poco en la multa que supone superar el impuesto de lujo.


6) El broche final: las maletas de Chucky Atkins. Una vez llegados a este punto, los rumores ya se disparaban en una única dirección, sólo faltaba un movimiento: Atkins o Steven Hunter (al que buena parte de su contrato lo paga una aseguradora) saldrían del equipo.

Dicho y hecho. Aunque costase algo más, pero ya se sabe, quién algo quiere... .

El espacio salarial que dispone Oklahoma City Thunder posibilita el acuerdo, ya que el salario de Petro, jugador que obtienen junto a una segunda ronda, es bastante inferior. Pero Sam Presti quiere recompensa a estas urgencias salariales (otra vez en su corta carrera) y consigue que se incluya la elección en primera ronda del año 2009 sin protección.

¡¡Eureka!!. Los Nuggets ya se encuentran por debajo de la luxury tax. Incluyendo renovaciones y algún fichaje. Objetivo conseguido.


¿Qué va a suceder a partir de ahora?

Por el momento, las intenciones de mantenerse en los puestos importantes dentro de la Conferencia Oeste se han visto más que respaldadas. Lógicamente el pasar de la primera ronda supondría el hecho que afianzase todo el trabajo realizado estos meses, pese a lo lejos que aún quede el anillo para ellos.

Con todo, si se vuelven para casa a las primeras de cambio una vez más, se podrá decir que algo ya habrán ganado. Ahorrar unos 20-25$ millones, realizando un basto e impreciso cálculo. Porque parte importante de su destino ya lo había marcado este exceso.

Eso sí, aquí no se parará la cosa. Este verano toca lidiar con la (no) extensión de contrato a Linas Kleiza. ¿Qué decidirán?